Ella dijo:
He llegado a saber, ¡oh rey afortunado! que cuando uno de los negros sudaneses propuso que cada uno contase la historia de su mutilación, el negro Sáuab, portador de la linterna y los azadones, tomó la palabra, y como los otros se rieran, repuso: "¿De qué os reís? ¿De que sea el primero en contar por qué me mutilaron?" Y los otros dijeran: "Nos parece muy bien. ¡Te escuchamosl"
Entonces el eunuco Sauab dijo: