CUANDO LLEGÓ LA 339 NOCHE

El rey penetró en la habitación de Schahrazada, y la pequeña Doniazada exclamó desde el lugar en que estaba acurrucada:

"¡Te ruego hermana, me digas a qué esperas para empezar la historia prometida!"

Y contestó Schahrazada sonriendo: "¡No espero más que la venia de este rey bien educado y dotado de buenos modales!" Entonces contestó el rey Schahriar: "¡Concedida!"

Y dijo Schahrazada: